Diario de comidas. En qué puede serte útil.

Un diario de comidas te ayudará a identificar aquellas situaciones en las que comes emocionalmente. Como comentamos en la entrada “Cómo la ansiedad puede hacerte engordar y cinco consejos para evitarlo”, se denomina comer emocionalmente al uso de los alimentos como método de afrontar las emociones en lugar de como forma de calmar el hambre. La realidad es que tras su ingesta conseguimos tranquilizarnos momentáneamente y al comprobar que el remedio ha funcionado, lo repetimos hasta convertirlo en un hábito. El problema de comer emocionalmente (aparte de la repercusión en nuestra salud) es que, en cuanto acaba el placer de comer, las emociones que lo desencadenan permanecen.

En el siguiente enlace puedes descargarte un diario de comidas que hemos elaborado para ti. Si piensas que puede ser beneficioso para tu salud, te recomendamos que en el trascurso de las siguientes dos semanas, anotes en tu diario todos los alimentos que ingieras. Apunta en el lugar correspondiente el día de la semana, la hora, la cantidad, el apetito que tenías en ese momento, el lugar en el que te encontrabas, la actividad que estabas realizando y lo que estabas sintiendo justo antes de comer.

Una vez que hayas finalizado el período de recogida de información, llega la hora de analizar los datos:

- Busca patrones en tu manera de alimentarte. Presta especial atención a las emociones y sentimientos que te han impulsado a nutrirte cuando la sensación de hambre era escasa. Fíjate en las actividades que realizabas y el lugar en el que te encontrabas, pues estarás identificando aquellos esquemas que te impulsan a comer emocionalmente.

- Identifica los momentos más sensibles del día: Es común que los “ataques de hambre emocional” ocurran en circunstancias similares y a la misma hora del día. Contar con esta información  te ayudará a combatir esa necesidad de ingerir alimentos cuando tienes ansiedad y te resultará más sencillo controlarte.

- Contrasta los datos objetivos e irrefutables: Comprueba si  el número real de calorías ingeridas coincide con el que pensabas que consumías. Recuerda que la cantidad de energía (calorías) que empleamos es variable y es el resultado de la suma de diferentes necesidades calóricas obligatorias (metabolismo basal) y otras que dependen de nuestro estilo de vida y de la actividad física que desarrollemos. Considerando estas variables, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, establecen un aporte calórico para el adulto sano de 2000 a 2500 kcal/día para el hombre y de 1500 a 2000 kcal/día para la mujer.

Completar y analizar el registro de comidas, puede que te ofrezca unos resultados sorprendentes y esclarecedores.

Empieza hoy a cuidarte, es un buen Momento.

Fotografía de Glen Carrie.

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