Puntualidad: gana uno, ganan todos.

 

La puntualidad es un valor muy preciado y una norma básica de convivencia en nuestra sociedad. Esto lo sabemos, y también que afecta a todas las áreas de nuestra vida. Sin embargo, ¿por qué ser impuntual es un hábito tan frecuente?

Unas veces se debe a falta de interés, otras por dificultad para organizar el tiempo, y también constan los olvidos y despistes.

La puntualidad es una disciplina que se adquiere con la práctica, independientemente de nuestro temperamento o de nuestra historia previa de impuntualidad. Se trata de la capacidad que se le reconoce a la persona que llega a sus citas o cumple con sus obligaciones a la hora exacta a la que se ha comprometido a hacerlo.

Para entrenar esta habilidad, desde Momento te invitamos a que identifiques a qué se debe tu impuntualidad, y partiendo de ese conocimiento, te animamos a que incorpores sencillos hábitos en tu día a día.

Si la principal causa de tus demoras es que olvidas las citas o los plazos de entregas, te sugerimos que emplees una agenda, notas adhesivas recordatorias, alarmas en tu teléfono móvil y un reloj de muñeca o relojes visibles en los distintos contextos en los que te desenvuelves.

En caso de que el motivo de tu tardanza sea la falta de interés o una motivación insuficiente, conviene que revises tus prioridades y que entrenes habilidades asertivas para declinar citas a las que no deseas asistir o entregas que no quieres ejecutar, en caso de que no estés obligado a hacerlo por algún medio vinculante, como un contrato. Decir "me encantaría, pero no tengo tiempo" es preferible a las impuntualidades o ausencias.

Y, si en tu caso se debe principalmente a dificultades en tu organización, la causa más común, desde Momento te proponemos que pongas en práctica a diario las siguientes pautas:

1.          Toma conciencia del tiempo: Tener siempre un reloj a la vista, e incluso cronometrar tus acciones rutinarias, te permitirá conocer con exactitud el tiempo real que te lleva cada tarea. Además, conviene ser siempre pesimista en las previsiones del tiempo para hacer planes realistas y no comprometerse con más tareas de las que es posible cumplir.

2.          Acuéstate y levántate a las horas que te aseguren un buen descanso para poder cumplir con tus actividades del día siguiente: Procura organizar tu horario de manera que duermas las horas necesarias y trata de adquirir el hábito de incorporarte con la primera alarma del despertador. Esto es lo ideal, seguido de salir de la cama y realizar unos estiramientos suaves.

3.           Mantén tus espacios en orden: Esta estrategia te asegurará encontrar las cosas rápidamente y no demorarte en tu programación.

4.       Proponte llegar siempre entre 15 y 30 minutos antes si es una cita, y dos días si se trata de una entrega: Esta es la forma de impedir que los imprevistos te aboquen a la impuntualidad.  En el caso de la cita, llevar contigo alguna lectura o audio te permitirá aprovechar el tiempo extra, si lo hubiera.

Desarrollar la capacidad de llegar a tiempo te reportará, entre otros, estos beneficios:

•             Ahorro de tiempo y de dinero: Al trabajar tu puntualidad, desarrollas también una mejor capacidad de planificación, y la consecuente optimización de todos tus recursos. Evitas, por ejemplo, tomar más taxis de los que te gustaría, recurrir en exceso a servicios de mensajería urgente, comprar artículos que ya tienes pero no encuentras o has olvidado coger porque tenías prisa, perder trenes y aviones.

•             Buen mantenimiento de amistades y de relaciones personales y laborales: Llegar a tiempo a nuestros compromisos es una muestra de respeto y consideración hacia los demás, y la manera de expresarles que les valoramos y que su tiempo es tan importante para nosotros como el nuestro. La impuntualidad como norma resulta desagradable y erosiona las relaciones.

•             Nos hace creíbles y dignos de confianza: Si normalmente cumples tu palabra y llegas a tiempo a tus compromisos, las personas que te rodean configuran una imagen de ti como una persona con la que se puede contar. Además, si un día realmente tienes un contratiempo que te impide ser puntual, no dudarán de tus explicaciones  y no generará rechazo en los demás.

•             Aumenta nuestra eficacia: El cuidado y diligencia en hacer las cosas en su tiempo establecido facilita la concentración en cada tarea pudiendo culminarlas según lo programado.

Como ves, la puntualidad solo te va a aportar ventajas en tu día a día. En Momento Desarrollo Psicológico sabemos que por muy arraigado que tengas el hábito de la impuntualidad, es un aspecto que puede modificarse con pautas sencillas. ¡Anímate, empieza ahora mismo! Con la puntualidad gana uno y ganan todos.

 

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