Enviado por Rosa Gazol Guillén el
Sorprendentemente para algunos, muchas personas viven en sus vacaciones significativos aumentos de ansiedad.
A continuación, repasamos las situaciones de vacaciones que con mayor frecuencia desagradan, y ofrecemos propuestas para disfrutar de esta etapa sin angustia ni malestar:
- Las expectativas muy elevadas pueden llevarnos al agobio, la anticipación ansiosa y la decepción. Así que, sin perder la ilusión, conviene que nos acostumbremos a disfrutar cada momento llevando la atención a los pequeños detalles. A menudo, durante las vacaciones hacemos cosas sencillas que, sin embargo, no realizamos el resto del año. ¿No es esto extraordinario? Saboréalo sin prisa.
- Querer llevar a cabo un exceso de actividades puede provocar cansancio y frustración. Revisa tus prioridades y auto-exigencias y no temas sacar de tu lista alguna que otra actividad o encuentro. Es importante que descanses y disfrutes sin tener la sensación de ir contrarreloj.
- Atascos de tráfico, dificultades para llegar a las estaciones y largas esperas en aeropuertos: Anticípate a estos problemas tan frecuentes escogiendo fechas menos solicitadas, si es posible. Simplemente adelantando o retrasando un día tu desplazamiento puede ser suficiente a veces. Pero, si el “colapso” va a ser inevitable, procura mantener la calma y disfrutar de ese tiempo leyendo o escuchando música y podcasts. Además, si viajas con acompañantes, será divertido que entre todos preparéis juegos y actividades para sorprenderos y estar a gusto incluso en esa situación. También, son buenas ocasiones para profundizar en vuestras conversaciones.
- Cuando pasamos las vacaciones con más personas, conviene recordar que no es raro que se den malentendidos o incluso conflictos. Si detectas estas situaciones, te animo a que pongas en práctica la siguiente secuencia de Comunicación No Violenta (Rosenberg), respetando los tiempos de los demás:
1º Enunciar los elementos observables de la situación.
2º Expresar los sentimientos que generan en ti.
3º Expresar tus necesidades frente a esa situación.
4º Pedirle una cosa constructiva al otro.
- Si compartimos una vivienda con la familia extensa, es decir, con cuñados/as, hermanos/as, sobrinos/as, primos/as, etc., es muy recomendable elaborar y mantener a la vista un documento de normas de convivencia y de uso del espacio. Así, cohabitar esa casa será mucho más cómodo para todos y se evitarán conflictos y accidentes.
- Nuestra flexibilidad a prueba: Atrévete a dar lugar a la improvisación y al descanso. El resto del año solemos vivir con horarios inamovibles y normas fijas. Aprovecha este período para vivir de forma más distendida y desprenderte de la rigidez y de la necesidad de programación y ejecución de tareas.
- Reserva un hueco para alguna actividad que habitualmente te ayuda a liberar ansiedad y a sentirte a gusto como puede ser practicar deporte, leer, hacer manualidades, meditar, bailar o escuchar música, y llévala a cabo.
Desde Momento desarrollo psicológico te animamos a que pongas en práctica las pautas útiles para ti y disfrutes de unas vacaciones realmente reparadoras.
Fotografía de Grant McIver
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